Ponencia
El artículo de esta semana es muy especial para mí porque es el primero que escribo originalmente en inglés. Esta vez la versión española será la traducción. Es más, no se trata de un ensayo normal, sino de una versión reducida de la ponencia que di el lunes pasado como invitada en la Universidad Estatal de Murray, Kentucky, en la clase de Introducción a las Artes y la Administración Cultural de Elise Kieffer.
El sector del arte es un sector importante de la economía tanto en Europa como en Estados Unidos. Aunque comparten muchas similitudes, existen varias diferencias entre las organizaciones artísticas estadounidenses y europeas, que fueron el tema central de esta conferencia invitada.
Personalmente, creo firmemente que cualquier diferencia que pudiera enumerar entre las organizaciones artísticas americanas y europeas, al final, se reducen todos a nuestras diferencias lingüísticas, culturales e históricas.
1. Diferentes idiomas
Europa es el hogar de muchas lenguas y culturas, cada una con su identidad, historia y expresión artística. Tanto positiva como negativamente, el sector artístico europeo se ve afectado por esta diversidad de lenguas.
El lado positivo es, que una gran variedad de lenguas permite un mayor abanico de expresiones artísticas. Los artistas pueden inspirarse en muchas fuentes y crear obras que reflejen la cultura y las tradiciones de su país de origen. Además, tener muchas lenguas fomenta una mayor comprensión cultural entre las distintas naciones, lo que conduce a una mayor colaboración internacional y al intercambio creativo.
Sin embargo, la diversidad de lenguas también puede suponer un reto para el sector artístico europeo. Muchos artistas no pueden aprender lo suficiente de cada lengua para comunicar sus ideas con eficacia. Estas limitaciones pueden dificultar el acceso a un público más amplio e internacional y la colaboración con otros creadores. Además, el papeleo, la facturación, la contratación, etc., a través de la frontera, se hacen más complicados.
2. Acercamiento histórico de las artes y la música clásica
A lo largo de los siglos, Estados Unidos y Europa han adoptado distintas formas de acercarse al arte y la cultura. El arte estadounidense se orienta hacia la practicidad y el valor, centrándose en el realismo y los objetos útiles. El arte europeo, en cambio, ha sido a menudo más experimental, despreocupado por lo práctico y valorado por su creatividad y expresión única.
En Estados Unidos, el arte ha sido tradicionalmente más conservador, más centrado en el realismo y la belleza. Eran populares los paisajes, las naturalezas muertas y los retratos, así como los objetos utilitarios, como los muebles y la cerámica. Más que en la expresión abstracta de ideas, se hacía hincapié en la artesanía y el uso práctico de los objetos.
En Europa, el arte se orientó con frecuencia más hacia la experimentación y la expresión abstracta. Pintores como Picasso y Matisse desafiaron las ideas convencionales de belleza y forma y crearon obras difícilmente clasificables. Muchos artistas superaron los límites de su trabajo, incorporando materiales no tradicionales y mezclando estilos diferentes. Incluso en el caso de los objetos utilitarios, el énfasis se ponía en la estética y la singularidad del objeto.
Por ello, la actitud hacia la música clásica en Europa difiere de la estadounidense. En Europa, la música clásica forma parte de su cultura desde hace siglos y goza de gran prestigio como forma de arte. Aunque no tiene el mismo atractivo que otros géneros musicales, sigue siendo un estilo respetado y apreciado. En Estados Unidos, la música se considera una actividad intelectual con un atractivo culto. A menudo se considera un tipo de música elitista y no es tan apreciada como otros géneros musicales más populares.
3. Diferencias culturales en la vida cotidiana
Teniendo en cuenta todas las ideas anteriores, una de las principales diferencias entre la cultura estadounidense y la europea es el énfasis en la libertad personal en Estados Unidos frente al apoyo gubernamental en Europa.
La filosofía neoliberal que se ha impuesto en Estados Unidos, que hace hincapié en el libre comercio, la desregulación y la privatización, es todo lo contrario de la larga historia europea de una mentalidad basada en el apoyo gubernamental. Debido a razones históricas que excederían los límites de este artículo, podríamos decir que un ciudadano estadounidense, en caso de cualquier problema, tiende a resolver las cosas por sí mismo, simplificando y hablando en términos generales.
A diferencia de los estadounidenses, los europeos disponen de apoyo público para todas las dificultades o problemas importantes de la vida, como los problemas de salud (sistema de seguro médico), el desempleo (seguro público de desempleo) e incluso el deseo de disfrutar de las artes (no, no hay seguro, pero existe la presunción de conseguirlo todo gratis o al menos no demasiado caro). Los europeos acostumbran llamar a ‘papá estado’.
Estas tres diferencias principales nos llevan a los mayores contrastes entre las organizaciones artísticas estadounidenses y europeas.
LA PRINCIPAL DIFERENCIA: LA FINANCIACIÓN DE LAS ORGANIZACIONES ARTÍSTICAS
En ambos lados del océano, las organizaciones artísticas son cada vez más dependientes y ya no pueden garantizar su supervivencia por sí solas. Es decir, no pueden sobrevivir económicamente con sus propios ingresos. Dependen en gran medida de la financiación exterior.
Y ahí está la gran diferencia: la forma en que se financian.
Mientras que las organizaciones artísticas estadounidenses pueden confiar en obtener una enorme cantidad de dinero privado, las europeas dependen casi en un 95 % de la financiación pública. En Europa, muchas organizaciones artísticas sin ánimo de lucro se financian mediante subvenciones de los gobiernos locales o regionales, mientras que en Estados Unidos estas organizaciones dependen en gran medida de donaciones e inversiones privadas.
En Europa, mientras que una orquesta sinfónica estadounidense puede obtener un 40-60 % de su presupuesto anual financiado por patrocinio privado, mecenazgo, crowdfunding o donantes, esta cifra únicamente alcanza un triste 5-10 %, dependiendo de la orquesta.
Sin embargo, en Estados Unidos, los patrocinadores no solo donan dinero, también se implican activamente como voluntarios o proveedores de servicios. A menudo, empezaron como espectadores, como público, y a medida que crece su interés por las organizaciones, asumen un compromiso regular con la misión de la organización artística. Aportan unos ingresos constantes y un apoyo diario, y no solo una contribución puntual.
Esta es una de las grandes diferencias con Europa, donde los patrocinadores y mecenas están dispuestos a donar para un acontecimiento concreto, pero no se comprometen regularmente. Según mi opinión, esto se debe al diferente bagaje cultural. Al reflexionar sobre sus propios sueños y la necesidad de luchar por ellos, los estadounidenses comprenden la importancia de que sus organizaciones artísticas formen parte de la sociedad y las respaldan como entidades autosuficientes.
Obviamente, la diferencia de financiación genera otras diferencias entre la administración y la gestión de la organización. Las organizaciones sin ánimo de lucro de EE. UU. también suelen depender en gran medida de voluntarios, mientras que las de Europa pueden tener más empleados remunerados. Es una pena que no haya voluntarios en la administración y gestión de las orquestas sinfónicas españolas (museos, teatros, compañías de arte dramático, etc., también). Al menos, en las islas no he conocido aún ni uno. Desde Alemania sí sé que las orquestas dan la oportunidad a la gente de involucrarse como voluntarios.
Quizás no debería olvidar mencionar que en España —curiosamente— en los escenarios sí hay muchos voluntarios dado que casi todos nuestros coros son no profesionales. Lo mismo ocurre con ballets o bailarines, figuración o papeles secundarios. Sin embargo, nadie los llama voluntarios ni les aplica la normativa específica. Son ‘zona gris’.
Además, en Europa, muchas organizaciones artísticas con ánimo de lucro deben cumplir la normativa laboral y medioambiental, mientras que en EE. UU. no suele aplicarse. Por último, el nivel de competencia entre estas organizaciones difiere enormemente, y en EE. UU. suele haber un entorno mucho más competitivo.
Sigamos.
Se producen otros contrastes, por ejemplo, en cuanto a qué proyecto u obra de arte obtiene la financiación pública o privada y cuál no. En Europa, las subvenciones suelen otorgarse a proyectos que tienen un impacto social positivo, mientras que en EE. UU. se suelen conceder a proyectos que generan ingresos y beneficios.
A partir de todo esto, podemos afirmar que las organizaciones sin ánimo de lucro de Estados Unidos tienden a enfocarse en fomentar una causa social o defender un punto de vista concreto, mientras que las organizaciones sin ánimo de lucro europeas pueden orientarse en diversas actividades, como la investigación y la prestación de servicios.
Pero no hemos llegado al final del razonamiento… todavía.
Podemos añadir que, debido a la financiación pública, la política y los funcionarios públicos, que no suelen tener la formación ni la experiencia necesarias, existen personas que interfieren en cuestiones artísticas y operativas y actúan como si lo hicieran un accionista o socio capitalista, lo que puede dar lugar a una pérdida de independencia artística. Eso es absolutamente típico en Europa, mientras que en Estados Unidos es menos dramático gracias al apoyo privado.
Por último, no hay que olvidar que las organizaciones artísticas no solamente están sujetas a los presupuestos públicos desde el punto de vista económico, sino también en cuanto a plazos y calendarios. Esto implica que la liquidación de los fondos puede ser posible solo en un momento determinado, que obviamente no coincide con el calendario operativo de la organización. O que los trámites necesarios para solicitar los fondos estén sujetos a límites y plazos que pueden no ajustarse a su planificación artística.
En resumen, la financiación pública implica una gigantesca pérdida de libertad e individualidad.
OTRAS DIFERENCIAS
DIFERENCIAS EN EL ABANICO DE LAS ACTIVIDADES Y EN LOS LUGARES DE CELEBRACIÓN
La variedad de las actividades de las organizaciones artísticas difiere entre Europa y Estados Unidos. En Estados Unidos, la atención suele centrarse en una actividad específica, como el teatro, la música o la danza. En Europa, sin embargo, suele haber un enfoque mucho más amplio, con un mayor énfasis en ofrecer una gama de experiencias culturales. De nuevo, la razón de ello es que, en numerosos casos, la financiación por parte de las autoridades públicas vincula una subvención a condiciones específicas como iniciativas de protección del medioambiente, enfoque de igualdad de género, espíritu de diversidad o muchas otras.
Por otro lado, muchas organizaciones europeas tienden a enfocarse más en garantizar el acceso a las artes, con un énfasis especial en la educación, la divulgación y el compromiso de la comunidad, así como en el desarrollo de la cultura y el patrimonio a escala regional e internacional. Las actividades de las organizaciones artísticas estadounidenses se orientan principalmente a fomentar la participación de la comunidad en las actividades artísticas.
Asimismo, las experiencias y actuaciones de música clásica en Europa y Estados Unidos difieren enormemente, especialmente en lo que se refiere a la cuestión de dónde actuar. En Estados Unidos, la música clásica suele seguir un planteamiento más estandarizado, con lugares como salas de conciertos y centros de artes escénicas que acogen actuaciones periódicas.
En Europa, sin embargo, se hace más hincapié en actuaciones a menor escala y en localidades más pequeñas o atípicas. Estos eventos tienden a celebrarse en lugares únicos, como templos, iglesias y galerías locales, que ofrecen una experiencia más íntima al público.
Igualmente, debido a la diversidad cultural de Europa, suele haber más oportunidades de colaboración entre distintas disciplinas y géneros artísticos. Esto facilita que los artistas tengan acceso a una mayor red de la que tendrían en Estados Unidos, lo que posibilita una movilidad más fluida entre los diferentes lugares.
Mi querido lector, supongo que ya se ha hecho una idea de lo que intento decir. En general, todo se reduce a las lenguas, la cultura y la historia.
DIFERENCIAS EN MOVILIDAD Y GIRAS
Salir de gira en Europa puede ser más complicado que en Estados Unidos debido a diversos factores. Por ejemplo, la Unión Europea está formada por muchos países con distintas leyes, normativas fiscales e idiomas. Esto puede dificultar la planificación de una gira que deba cumplir con los requisitos de cada país.
Además, algunas regiones ultraperiféricas de la Unión Europea, como las Azores y Madeira, en Portugal, o las islas Canarias en España, pueden tener restricciones adicionales debido a su situación geográfica o régimen fiscal únicos.
Finalmente, las fronteras entre países europeos pueden ser difíciles de cruzar y exigir documentación o permisos adicionales. En España, tenemos que solicitar un número NIE específico para todos los músicos que vienen a trabajar con nuestra orquesta. Esto a veces puede ser un rompecabezas en toda regla.
DIFERENCIAS EN LAS ESTRATEGIAS DE MARKETING
Las estrategias de marketing utilizadas por las organizaciones artísticas también se diferencian significativamente entre las dos regiones.
En Europa, las organizaciones artísticas siguen utilizando técnicas de marketing tradicionales, como anuncios impresos y en línea, emisiones de radio y televisión y campañas de relaciones públicas. Más recientemente, muchas organizaciones artísticas europeas utilizan también las redes sociales y otras herramientas digitales como principal medio de marketing. Aun así, si me lo permiten, diría: hacen publicidad, poco más.
En Estados Unidos, aparte del marketing ordinario y digital, muchas organizaciones artísticas también han establecido alianzas creativas con el público y con las empresas locales o nacionales para obtener apoyo adicional a sus actividades. Estas alianzas suelen hacer hincapié en ofrecer experiencias interactivas y cultivar las relaciones con el público, porque ya han establecido la conexión entre el marketing y la recaudación de fondos y el desarrollo del público. En Europa, hablar de desarrollo del público no es normal, hasta la traducción española me resulta extraña, prefiero usar el término en inglés del audience development. En cualquier caso, ver en Europa el desarrollo de audiencias tratado en el mismo contexto que el marketing y la captación de fondos es aún absolutamente raro.
Podría seguir y alargar la lista, pero no es mi intención.
CONCLUSIONES
A modo de conclusión, no he resumido mi intervención. En su lugar, abrí un debate entre nuestros alumnos y les planteé, entre otras cosas, la siguiente pregunta:
¿Sería posible dirigir una organización artística o una orquesta con ánimo de lucro?
Para responder a esta pregunta, primero deberíamos definir qué entendemos por organización artística. ¿Existen diferencias entre organizaciones como Walt Disney Inc., un club de rock, un promotor independiente o un museo?
En segundo lugar, deberíamos considerar la así llamada enfermedad de los costes de Baumol. Según señala, en las organizaciones artísticas, podemos apreciar un aumento significativo de los salarios en los puestos de trabajo en comparación con el escaso o nulo aumento de la productividad laboral, mientras que en las empresas privadas es exactamente el contrario: los salarios y la productividad laboral aumentaron de manera similar en el último siglo.
Finalmente, es necesario tener en cuenta diversas formas de incrementar nuestros ingresos, con sus ventajas y desventajas, como los precios más altos para las entradas, la diversificación de nuestra línea de productos, las actividades de tutoría educativa, el enfoque en nichos de mercado, el acceso a grupos demográficos específicos y las opciones como servicios empresariales. Puede haber muchas otras opciones e ideas que podrían hacer rentables a las organizaciones artísticas y que deberían entrar en este debate.
No obstante, yo diría que al menos no es totalmente imposible dirigir una orquesta sinfónica u otra organización artística con ánimo de lucro, aunque es una empresa sumamente difícil en la que no deberíamos dejar de pensar.
El principal reto es encontrar los recursos y el público necesarios para mantener el funcionamiento de una orquesta. Para que la orquesta sinfónica consiga beneficios, debe encontrar suficientes donantes, colaboradores financieros y asistentes a los conciertos para compensar la diferencia entre el dinero que gana y el que gasta. También debe mantener un alto nivel de calidad, así como crear y comercializar un producto que atraiga a un público amplio.
Esto es todo por ahora.
Hasta que volvamos a encontrarnos en este blog o en cualquier aula o sala de conciertos digital o real, reflexionen sobre esta pregunta y háganmelo saber en los comentarios.
Nicole Martín Medina
Las Palmas de Gran Canaria
Abril 2023
(Originalmente inglés/Traducción Deepl/ Revisión NMM)
DOWNLOAD: Cuadro de Resumen (PDF solo disponible en inglés)
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[1] Una razón para las condiciones a las que están sujetos las subvenciones, es la Agenda 2023. Para más información, véase: https://sdgs.un.org/2030agenda
[2] NIE es una abreviatura para Número de Identificación Extranjera. Para más información, consulten por favor: https://www.interior.gob.es/opencms/es/inicio
[3] Por favor véase (solo disponible en español):
https://nicolemartinmedina.com/analisis-y-desarrollo-de-audiencias-parte-1/
https://nicolemartinmedina.com/the-long-haul-model-changing-the-narrative/
[4] Para más información sobre la Murray State Universitiy/ Kentucky véase: https://www.murraystate.edu/
[5] Para más información, comienza con: https://en.wikipedia.org/wiki/Baumol_effect