La ciencia detrás de la colocación de los
asientos de una orquesta sinfónica
Todos hemos oído que una orquesta sinfónica es una organización con jerarquía estricta en la que un director musical conduce a los músicos para que la música tome cohesión y vida y evoque nuestras emociones más profundas. En la mayoría de los casos se puede afirmar que las orquestas no son una democracia, sino un sistema de reglas inflexibles y normas rígidas.
La base para el buen funcionamiento de este sistema organizado hasta el más mínimo detalles es, una vez que se encuentre en un escenario o foso, la colocación de los asientos de la orquesta sinfónica. Curiosamente, la colocación de los músicos y sus instrumentos no responde a rangos o ideas de subordinación, sino a necesidades espaciales y a motivos de lógica auditiva. Por supuesto, no son los músicos los que eligen su sitio, sino que se les asigna previamente según la obra que se toque.
Históricamente las orquestas del siglo XVIII tenían alrededor de 40 instrumentistas. Sin embargo, con el paso de los siglos han ido creciendo. Las del siglo XIX llegaban a los 60 y las del XX, hasta los 110 instrumentos.
En sus inicios, las orquestas se componían solamente de las cuerdas, algún instrumento de viento de madera e instrumentos de percusión. Cuando los instrumentos de viento y la percusión evolucionaron, se hicieron más grandes y ‘ruidosos’. Las flautas cambiaron en algún momento de madera a metal y aumentaron su sonido. Poco a poco se incorporaron instrumentos como las trompetas, que tienen su origen en la música militar. Automáticamente, se tuvo que aumentar el número de cuerdas para mantener el equilibrio sonoro entre todos.
La cantidad de músicos por sección y/o cuerda depende de la obra y es fijado por la partitura o el director de la orquesta. Primero se define el número de los instrumentos de cuerda —normalmente enumerado con 14/12/10/8/6—, se determina si van a ser 12 o 14 violines primeros y después, restando siempre 2 del punto de partida 12 o 14 para obtener la cantidad de los otros compañeros de cuerda 8 violas, 6 chelos, 4 contrabajos, etc.. En segundo lugar, se fijan los instrumentos de viento, normalmente entre 2 y 3 en cada cuerda. Al final, los de la percusión.
Todos ellos deben estar colocados correctamente dentro de la orquesta, que en la práctica forma un semicírculo enorme.
En una orquesta de hoy en día se tienen que integrar hasta cien instrumentos y músicos que se diferencian en volumen y timbre sonoro. ¿Y eso es tan complicado? Sí, lo es.
Si nos imaginamos una gran mesa de mezcla de sonido y sus cientos de botones reguladores, tal vez empezamos a intuir hasta qué punto es importante ubicar cada silla y cada atril con mucho cuidado y conocimiento de acústica, música clásica y temas técnicos. Porque una orquesta sinfónica normalmente no es ni amplificada ni mejorada técnicamente, ni tampoco usa mesa de mezcla.
Simplificado, se podría decir que los instrumentos más delicados se sientan más adelante, cerca del director de orquesta, y los más fuertes en volumen, atrás. Además, la colocación entre los delicados y los más fuertes debe tener en cuenta que el director debe permanecer visible para todos y facilitar que todos sean capaces de escucharse adecuadamente unos a otros.
¡Ojalá fuera tan simple!
Pues no, ¡no es tan fácil! Hay una ciencia propia o un método riguroso detrás de la colocación de una orquesta.
Desde el punto de vista del espectador se ve un semicírculo o un tipo de hemiciclo compuesto por sillas, músicos e instrumentos que se compone de varios anillos o filas. Los músicos se colocan dentro de estos anillos o filas en sectores. La disposición de los músicos en sectores dentro de un semicírculo se determina en el siglo XIX y se atribuye al compositor italiano Gaetano Donizetti. Más tarde, el compositor francés Héctor Berlioz reorganizó el orden de los instrumentos para armonizar su sonido.
El primer punto a tener en cuenta es un hecho biológico: resulta que nuestros dos oídos no procesan los sonidos de la misma manera. Cada oído amplifica mejor unos sonidos que otros y envía sus vibraciones a la correspondiente localización en el cerebro para procesarlas. Se puede decir que nuestro oído derecho gestiona mejor los sonidos musicales mientras que el oído izquierdo se encarga más de los sonidos del habla.
De la misma manera, nuestro oído derecho es más sensible a los sonidos agudos que el oído izquierdo. En otras palabras, cuando se presentan dos series de tonos —cada una a un oído— se tiene la ilusión de que los tonos agudos se reproducen en el oído derecho y los graves en el izquierdo. ¿Curioso?
En el caso de que lo duden, pueden escuchar el siguiente video de Diana Deutsch, quien realizó diferentes estudios con ilusiones auditivas que comprobaron este patrón y el hecho de que los músicos en el escenario suelen oír los sonidos agudos desde su lado derecho. Se habla de la ventaja del oído derecho.
Hay dos artículos sumamente interesantes en inglés sobre la ventaja del oído derecho que les recomiendo mucho, aunque por supuesto existen otros tantos en español que pueden localizar fácilmente en internet:
https://brainsidea.wordpress.com/2013/03/28/the-biological-basis-of-orchestra-seating/
https://canadianaudiologist.ca/right-ear-advantage-history/
Con base en lo anterior, creo que ahora es completamente lógico que se ubiquen los instrumentos y voces agudos a la derecha y los graves a la izquierda en el semicírculo (visto desde la posición de los músicos, no del público). En otros términos, no se tiene en cuenta la calidad acústica para el espectador ni tampoco para el director, sino para los intérpretes. ¿Interesante?
Pero seguimos.
Semicírculo 1 – Las cuerdas
En el primer anillo o en la primera fila del semicírculo se colocan los instrumentos de cuerda. Los instrumentos de cuerda son los violines, violas, violonchelos y los contrabajos. Ellos forman una sección propia y determinan si se trata del orden tradicional alemán-europeo o del moderno americano.
1. Orden alemán-europeo o antifónico
Las cuerdas están dispuestas de izquierda a derecha (visto desde el público) en el siguiente orden: violines primeros, contrabajos, violonchelos, violas, violines segundos.
2. Orden americano
A diferencia del orden europeo, la llamada formación americana se ordena, también de izquierda a derecha, de la siguiente manera: primeros violines, segundos violines, violas, contrabajos y violonchelos. De este modo, los violines primeros y segundos se sitúan en bloques uno al lado del otro.
La disposición americana de los asientos en la orquesta está experimentando un renacimiento desde hace muchos años y se ha consolidado en orquestas de todo el mundo. No obstante, es el maestro quien, según la obra que se interpreta, elige una u otra formación. Cada una tiene sus ventajas y no puede ser descartada de por sí.
La colocación alemán-europea facilita la interacción entre los violines primeros y segundos, que es una parte esencial de muchas de las composiciones. Si el compositor ha deseado crear este efecto interactivo, puede realizarse de forma más concisa e identificable en la división alemana. También para grabaciones estéreo que requieren el efecto tonal entre los violines primeros y segundos puede realizarse así de forma ideal.
Por otro lado, en la colocación americana se mezclan las sonoridades mucho mejor, siempre y cuando eso sea lo deseado por la respectiva composición. Se puede decir que la colocación americana crea un equilibrio sonoro más homogéneo y por eso ha ganado tanto terreno a su oponente.
No obstante, antes de empezar a montar sillas se debe valorar también el espacio disponible en cada escenario o foso de orquesta. Porque es necesario tener en cuenta el rango de movimiento para cada músico, o sea, el espacio que necesita para interpretar la obra con expresividad corporal. Este problema es especialmente grave para los violonchelistas si los segundos violines o violas están sentados en el extremo derecho (o sea, en orden alemán). De hecho, en el día a día profesional de estos músicos, se observa una y otra vez que regatean centímetros con sus colegas. Simplemente, nunca hay espacio suficiente.
Semicírculo 2 – Los instrumentos de viento de madera
Una vez que hayamos colocado el primer semicírculo de instrumentos de cuerda, procedemos a situar las sillas del segundo semicírculo de instrumentos de viento de madera.
Los instrumentos de apoyo suelen ponerse en primer lugar (a la izquierda del espectador), por ejemplo, el piano y el arpa, seguidos de los instrumentos de viento de madera: primero los clarinetes y las flautas y después, en el centro, los fagotes y los oboes. A continuación están las trompas y a la derecha de las trompas —y, por tanto, detrás de los violonchelos—, los contrabajos.
Muchas veces se ubican las trompas también en segunda fila a pesar de ser bastante ruidosas, pero al ser todavía más silenciosas que sus otros compañeros de metal, como las trompetas o los trombones, es posible verlas en el segundo semicírculo.
Ya habrán notado en el párrafo anterior que los bordes en el medio círculo son fluidos y se adaptan a cada plantilla. El arpa, por ejemplo, tiene un problema personal. Aparentemente el arpa no tiene cabida en ningún sitio o sección, pero debe ir a alguna parte. Dado que el arpa suele tocar por el mismo rango que los instrumentos de cuerda agudos, se le sitúa directamente detrás de los violines (primeros y/o segundos, según el orden elegido) y en primer lugar en el segundo semicírculo.
También hay que mencionar que el arpa suele tener tarima para ser más audible y para responder a las necesidades de visibilidad.
Semicírculo 3 – Los instrumentos de viento de metal
Detrás de las maderas y las trompas se sientan los instrumentos de metal, conocidos por ser de los instrumentos más ruidosos. Normalmente lo hacen primero las trompetas, después trombones y tubas.
Una trompeta puede producir una presión sonora trescientas veces superior a la de un violín. Con esto puede entenderse fácilmente el problema que supone para los músicos que están sentados justamente enfrente de ellos. Esa es una de las razones por las que los instrumentistas de viento suelen colocarse también sobre tarimas. Tienen que poder ver y ser visibles, pero al mismo tiempo no ensordecer las orejas de los músicos que tienen delante. A veces, si es preciso, se utilizan también paneles para proteger los oídos de los músicos en la segunda fila.
Semicírculo 4 – La sección de percusión
Los instrumentos de percusión tienen cabida dentro de la orquesta siempre al fondo en posición central. La principal razón es que ellos son los que marcan el ritmo y el tempo para todo el grupo y en esta posición todos los solistas y tuttis pueden adaptarse a ellos. Pero hay más motivos para esta localización.
Se debe tener en cuenta que quienes manejan la percusión no suelen limitarse a un solo instrumento y, por tanto, tienen una considerable necesidad de espacio para poder colocar los más diversos instrumentos de percusión, para utilizarlos según las necesidades y, sobre todo, para poder moverse durante el concierto entre ellos. Asimismo, son casi iguales a los metales en cuanto a volumen, a veces incluso más fuertes, por lo que deben ser colocados detrás.
Una vez que todos los instrumentos tienen sus sitios adjudicados, procede, según cada orquesta, escenario u obra, corregir el sonido conjunto.
Existe un problema general al tocar conjuntamente: el sonido de todos se difumina en las filas de atrás, puede que desaparezcan los agudos o que se pierdan los medios del espectro sonoro. Este problema, aún más acentuado si detrás de la orquesta se coloca un coro, se corrige comúnmente con una única herramienta técnica: los monitores.
Al final solamente nos queda concederle al director su sitio en la tarima en el centro del semicírculo formado por las 4 filas.
¡Que comience el espectáculo! ¡Que suba el telón!
Por cierto, ¿quién se encarga de montar todo esto correctamente? Ese es el trabajo del regidor de orquesta, que se merece una entrada propia en mi blog.
¡No se la pierdan!
Próximamente en el blog de Nico: La profesión del regidor de orquesta.
Nicole Martín Medina
Las Palmas de Gran Canaria
Mayo 2023
REFERENCIAS:
Ejemplos de dibujos sobre el orden de colocación de asientos en la orquesta:
https://andrewhugill.com/OrchestraManual/seating.html
https://www.dallassymphony.org/community-education/dso-kids/orchestra-seating-chart/